Una visita estratégica que refleja el peso regional de Marruecos: Nasser Bourita, el primer responsable magrebí en reunirse con la nueva administración Trump

ALDAR /Análisis
En una visita que refleja la profundidad de las relaciones marroquí-estadounidenses y la solidez de la asociación entre Rabat y Washington, el ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, realiza una visita oficial a Estados Unidos, la primera de este tipo desde la toma de posesión de la nueva administración estadounidense encabezada por Donald Trump.
Esta visita se produce tras una llamada telefónica entre el ministro marroquí y su homólogo estadounidense, Marco Rubio, el 27 de enero de 2025, lo que allanó el camino para este encuentro de alto nivel que refleja el estatus especial que tiene Marruecos en los cálculos de la política exterior estadounidense.
Bourita es el primer ministro de Asuntos Exteriores del Magreb en ser invitado a Washington por la nueva administración Trump, lo que demuestra la gran estima que se tiene por el Reino, gracias a la visión y liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI, como un Estado estable y activo en un entorno regional sacudido por crisis y conflictos.
La visita adquiere una importancia adicional ya que precede la presentación del informe del Secretario General de las Naciones Unidas ante el Consejo de Seguridad sobre la cuestión del Sáhara marroquí, prevista para el 14 de abril. También coincide con un momento en el que Argelia intenta intensificar sus contactos con Washington, especialmente en los sectores de defensa, energía y agricultura.
En este contexto, la visita reafirma la asociación estratégica e histórica entre Marruecos y Estados Unidos, especialmente después del reconocimiento estadounidense, el 10 de diciembre de 2020, de la soberanía marroquí sobre su Sáhara, una decisión que marcó un punto de inflexión en las relaciones bilaterales.
Washington no se limita al reconocimiento, sino que apoya firmemente la iniciativa marroquí de autonomía como una solución seria y realista al conflicto artificial en torno al Sáhara, lo que refleja una convergencia de visiones entre ambos países sobre varias cuestiones regionales e internacionales.
Las relaciones marroquí-estadounidenses también abarcan los ámbitos de la defensa y el comercio. Desde 2004, Marruecos es considerado un aliado principal fuera de la OTAN y es el mayor importador africano de equipos militares estadounidenses. Además, el Reino acoge anualmente las maniobras militares conjuntas “African Lion”, las más grandes de su tipo en el continente, con la participación de más de veinte países, incluidos miembros de la OTAN.
En el ámbito económico, Estados Unidos es el tercer socio comercial de Marruecos, y ambos países están vinculados por un acuerdo de libre comercio —el único entre Washington y un país africano—. Desde su entrada en vigor en 2006, el comercio bilateral se ha multiplicado por seis, alcanzando en 2023 aproximadamente 73 mil millones de dírhams (7,2 mil millones de dólares).
Más allá del marco bilateral, Marruecos contribuye activamente a los esfuerzos de mantenimiento de la paz y resolución de conflictos en diversas regiones, lo que refuerza su imagen como un actor internacional confiable y un socio comprometido con la paz y la seguridad globales.