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La decisión de Sumar asesta un duro golpe al Polisario y refleja el declive del separatismo en Europa

La decisión de Sumar asesta un duro golpe al Polisario y refleja el declive del separatismo en Europa

ALDAR / Iman Alaoui

El movimiento español de izquierda “Sumar” ha decidido abandonar claramente su tradicional apoyo al Frente Polisario, omitiendo por completo cualquier mención a esta entidad separatista o a la llamada “República Saharaui” en su nuevo documento político presentado al Partido Socialista en el poder.

Este cambio, que se produce en medio de una controversia interna sobre casos de corrupción y una reorganización de prioridades dentro del gobierno de coalición, representa un golpe doloroso para el Polisario y su patrocinador regional, Argelia, que había apostado por las fuerzas de izquierda españolas para promover su discurso separatista.

El documento presentado por Sumar durante su última reunión con el Partido Socialista incluye una serie de reformas estructurales centradas en la lucha contra la corrupción y la promoción de la transparencia, pero omite por completo cualquier posición favorable al Polisario. Este hecho no ha pasado desapercibido en los círculos políticos y mediáticos, ya que el mensaje es claro: no hay lugar para la causa separatista en la agenda de un gobierno que busca restaurar su imagen interna y enfrentar desafíos económicos e institucionales, en un momento en el que temas como la integridad territorial y las asociaciones estratégicas se imponen como pilares de la política exterior.

Lo que refuerza aún más el significado de esta postura es que no ha estado acompañada de ninguna amenaza de abandonar el gobierno ni de insinuaciones de una crisis dentro de la coalición. Esto demuestra que el abandono del apoyo al Polisario no es el resultado de equilibrios forzados, sino una decisión política basada en la convicción de que ya no tiene sentido involucrarse en un proyecto que ha perdido su respaldo internacional.

Este retroceso se enmarca en un contexto más amplio de creciente apoyo internacional a la iniciativa de autonomía propuesta por Marruecos, así como del aumento del número de países que han retirado su reconocimiento al ente separatista, en contraste con la reducción del número de sus tradicionales partidarios.

Argelia, que durante mucho tiempo ha contado con el respaldo de algunas corrientes políticas europeas para imponer su narrativa sobre el Sáhara marroquí, se enfrenta hoy a una nueva realidad: los separatistas están perdiendo terreno en uno de los países más importantes de Europa, mientras Marruecos refuerza su posición como socio confiable en cuestiones clave que van más allá del conflicto, incluyendo la seguridad regional, la lucha contra el terrorismo, la energía y la migración.

Con esta postura, Madrid ha enviado una señal fuerte a quien corresponda: implicarse en una lógica de separatismo ya no es una opción política viable en la España contemporánea, sino una carga que no sirve a sus intereses ni refleja sus verdaderos equilibrios geoestratégicos. En definitiva, lo ocurrido no solo representa un giro en la postura española, sino que confirma también el rápido ocaso del proyecto separatista en el escenario europeo.

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