Marruecos y España se unen para construir la planta de desalinización más grande de África

ALDAR / Análisis
Se ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de desalinización de agua de mar en la ciudad de Casablanca, que se convertirá en la planta más grande de su tipo en el continente africano, con una financiación del gobierno español que alcanza los 340 millones de euros, equivalente a 3.500 millones de dírhams marroquíes. Este proyecto es fruto de una colaboración entre la empresa española Acciona y la alianza marroquí compuesta por Afriquia Gaz y Green of Africa, pertenecientes al grupo Acwa, lo que representa un modelo avanzado de cooperación entre los países del norte y del sur en los ámbitos de la innovación ambiental y el desarrollo sostenible. La puesta en marcha de este ambicioso proyecto fue supervisada por el Príncipe Heredero Moulay El Hassan, en un gesto simbólico que subraya la importancia estratégica que el Estado marroquí concede a la seguridad hídrica.
Se prevé que la planta comience su producción en el año 2027 con una capacidad de 548.000 metros cúbicos diarios, aumentando a 822.000 metros cúbicos diarios en 2028, lo que permitirá abastecer de agua potable a unos 7,5 millones de marroquíes. El proyecto se llevará a cabo en la comuna de Mharza Sahel, en la provincia de El Jadida, y funcionará utilizando energías renovables como fuente principal de energía, lo que refuerza su carácter ecológico y consolida la posición de Marruecos como un actor regional clave en la transición energética.
En declaraciones de un responsable de la empresa ejecutora, se afirmó que este proyecto “no representa únicamente un logro técnico, sino una visión compartida para un futuro seguro y sólido en materia de recursos hídricos”. Por su parte, un alto funcionario marroquí sostuvo que “la alianza con España en este proyecto refleja la confianza internacional en la estabilidad de Marruecos y en sus políticas estratégicas destinadas a garantizar los recursos vitales para las generaciones futuras”. Este gran proyecto representa un verdadero cambio en el enfoque de Marruecos ante los desafíos del agua, y al mismo tiempo consolida la fuerza de su diplomacia en la construcción de asociaciones eficaces que beneficien directamente a la ciudadanía.