Los marroquíes renuevan su lealtad a su rey: una respuesta clara a las voces del régimen argelino

ALDAR / Gaïtha Hafiani

El hashtag #ElPuebloRenuevaSuLealtadAlRey se ha apoderado de las redes sociales, expresando un amor sincero y profundo entre los marroquíes y su monarca, un amor nacido de una voluntad libre, no impuesto ni manipulado. Esta lealtad, que va más allá de las palabras, es una expresión de una historia común y grandes sacrificios, que demuestran que la legitimidad en Marruecos se nutre del propio pueblo, no del dinero ni de maniobras políticas.

En contraste, las voces del régimen argelino lanzaron una fallida campaña de desprestigio, alegando que la etiqueta está financiada y es artificial, olvidando la crisis interna que azota a su pueblo, desde las colas para el pan hasta el asfixiamiento de las libertades y la represión del movimiento popular. Estas voces, incapaces de enfrentar su amarga realidad, intentan mediante un ataque mediático fallido vestir las verdades de Marruecos con el ropaje de mentiras, mientras ellos se hunden en un torbellino de represión y eliminación de la oposición.

Argelia, que gasta miles de millones en blanquear la imagen de su frágil régimen en los medios extranjeros, es incapaz de proporcionar las condiciones mínimas para una vida digna a su pueblo, y utiliza la cuestión palestina para encubrir la tragedia de los “bereberes” que enfrentan represión y violencia. Frente a esta sombría realidad, Marruecos demuestra que la verdadera fuerza de la nación radica en la unidad de su pueblo y su fidelidad a su liderazgo, en una lealtad libre y exenta de toda forma de coerción.

Esta ocasión no es simplemente un evento simbólico, sino una respuesta directa y clara a quienes intentan menospreciar el valor del pueblo marroquí y la profundidad de su vínculo con su rey. Un mensaje claro al régimen argelino: el pueblo marroquí no necesita financiamiento para amar a su liderazgo, y la resistencia y fidelidad son la mayor respuesta a las falsedades de las voces represoras.

Al final, Marruecos sigue siendo un modelo a seguir en la expresión libre y la legitimidad popular, mientras Argelia continúa con su secuencia de represión y silencio, lo que la aleja cada vez más de sus pueblos y su libertad.