¿Abrirá el indulto real esperado para Zefzafi y sus compañeros la puerta a la reconciliación con los activistas del “Hirak del Rif”?
¿Abrirá el indulto real esperado para Zefzafi y sus compañeros la puerta a la reconciliación con los activistas del “Hirak del Rif”?

ALDAR / Iman Alaoui
Cada vez son más las voces que exigen la liberación de Nasser Zefzafi, una de las figuras más destacadas del “Hirak del Rif”, coincidiendo con la proximidad de la Fiesta del Trono, ocasión en la que, tradicionalmente, se concede el indulto real a varios presos en Marruecos. Estas demandas, que se repiten cada año, adquieren este 2025 un tono más optimista, en medio de llamamientos populares y de organizaciones de derechos humanos a cerrar la página del pasado y abrir una nueva etapa de reconciliación, desarrollo, y justicia social y territorial.
Recientemente, se han intensificado en redes sociales las campañas que piden incluir el nombre de Zefzafi y el de algunos de sus compañeros en la lista de beneficiarios del próximo indulto real. Muchos consideran que ha llegado el momento de superar las secuelas de los acontecimientos de Alhucemas en 2016, que sacudieron la opinión pública marroquí tras una serie de protestas sociales en la región del Rif que exigían mejoras en las condiciones de vida y en los servicios públicos.
Nasser Zefzafi, actualmente cumpliendo una condena de 20 años de prisión, se ha convertido en un símbolo de aquel periodo. Fue arrestado en mayo de 2017 junto a varios activistas, cuando el movimiento pasó de tener demandas sociales a convertirse en un foco de tensión política y de seguridad.
Aunque las autoridades oficiales no han emitido señales claras respecto al posible indulto a los presos del Hirak, varios indicios apuntan a un cambio en el enfoque con el que se aborda este expediente. En los últimos meses, varios detenidos implicados en los mismos acontecimientos fueron liberados en fases anteriores de indultos reales, lo que ha sido interpretado como un posible paso previo hacia una solución integral que cierre definitivamente el caso.
En este contexto, diversos actores políticos y defensores de derechos humanos —incluidos miembros del Consejo Nacional de Derechos Humanos— han instado a acelerar el cierre de este expediente, considerando que la liberación de los últimos detenidos del Hirak sería un acto valiente en pro de la reconciliación nacional y del desarrollo equilibrado entre las regiones.
Por otro lado, el Estado continúa ejecutando proyectos de desarrollo en la región del Rif, como el puerto Nador West Med, y otros proyectos de infraestructuras, salud y educación, en el marco del programa “Alhucemas, Faro del Mediterráneo”, lanzado por el Rey Mohammed VI en 2015.
A pesar de los avances logrados, muchos consideran que la verdadera justicia territorial y social requiere una mayor apertura al diálogo con la población, más oportunidades de empleo para los jóvenes y una participación real de la sociedad civil en el diseño de las políticas de desarrollo local.
Con la inminente emisión del indulto real, la sociedad marroquí se pregunta si finalmente se cerrará el capítulo de Zefzafi y los detenidos del Rif dentro de una nueva visión del Estado basada en el fortalecimiento de la confianza y en la consagración de los valores de equidad y justicia, o si este asunto permanecerá abierto, con todas las implicaciones sociales y políticas que conlleva.
La última palabra la tiene la institución real, que en varias ocasiones anteriores ha emitido indultos con dimensiones tanto políticas como humanitarias, con un efecto positivo en la pacificación del clima social y en la reconstrucción de los puentes entre el Estado y la ciudadanía.