Discurso del Trono 2025: Cómo el Rey trazó los contornos del Marruecos del mañana con confianza y determinación

Por Ghita Hafiani – ALDAR
En un momento nacional cargado de simbolismo y profundas connotaciones históricas, el Rey Mohammed VI pronunció un discurso con motivo del 26º aniversario de su entronización, en el que delineó los pilares de una visión estratégica integral para el Marruecos del futuro. Este discurso marca el inicio de una nueva etapa de consolidación institucional, desarrollo económico, justicia social y apertura hacia su entorno regional e internacional.
El Discurso del Trono de este año no fue una simple revisión de logros ni un discurso protocolario, sino que transmitió mensajes fuertes y directos, reflejo de la firme voluntad del Soberano de guiar al país hacia un modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible. Bajo un tono sereno y tranquilizador, emergió una hoja de ruta clara, basada en tres pilares fundamentales: acelerar el desarrollo, profundizar la justicia social y fortalecer la apertura regional.
El primer pilar enfatizado por el Rey fue la necesidad de impulsar el despegue económico mediante el apoyo a los sectores productivos y el estímulo de las inversiones nacionales y extranjeras, en consonancia con las transformaciones globales y la transición digital. El Monarca otorgó especial importancia a la implementación continua de la nueva Carta de Inversiones, vinculándola con la reforma administrativa, el fortalecimiento de la transparencia y la eficiencia institucional, para garantizar un entorno empresarial más atractivo y competitivo.
En el ámbito social, el Rey renovó su profundo compromiso con la consolidación de los fundamentos de la justicia social y territorial, especialmente a través de la implementación completa del proyecto real de generalización de la protección social, así como la ampliación de la cobertura sanitaria y de las prestaciones familiares. También subrayó la importancia de mejorar la educación, la salud y el empleo, considerándolos pilares esenciales para garantizar la dignidad del ciudadano y construir una clase media fuerte.
En el plano regional, el Rey envió mensajes claros reafirmando la apertura de Marruecos y su disposición a desarrollar asociaciones equilibradas con su entorno magrebí, africano y europeo. Destacó la posición estratégica del Reino como puente entre África y Europa, y como actor responsable en el ámbito mediterráneo e internacional. El Soberano expresó la disposición de Marruecos a avanzar en la consolidación de la estabilidad y la paz regional, al tiempo que reafirmó su apego inquebrantable a los principios nacionales y a los intereses supremos del país, en primer lugar la cuestión del Sáhara marroquí.
El Discurso del Trono de este año no fue solo una orientación, sino que se constituyó como un documento político estratégico que anuncia el inicio de una nueva etapa de reformas estructurales, redefiniendo la relación entre el Estado y el ciudadano sobre la base de la participación, la dignidad y la confianza. Asimismo, reflejó la profundidad de la visión anticipatoria del Rey, una visión conectada con el pulso de la sociedad marroquí y con las aspiraciones de las nuevas generaciones hacia un Marruecos más justo y próspero.
En definitiva, el discurso de Mohammed VI transmitió un mensaje de esperanza, pero también un llamado a la responsabilidad dirigido a todos los actores políticos, económicos y sociales para comprometerse colectivamente en la construcción del Marruecos del mañana: un Marruecos de justicia, oportunidades y liderazgo en un mundo cada vez más complejo y cambiante.