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El Embajador de China en Marruecos Escribe: Las Presiones Comerciales Unilaterales No Conducen a Nada

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Por: Sr. Li Changlin Embajador de China en Marruecos

En los últimos días, mientras el mundo entero busca revitalizar la globalización y estimular la recuperación económica, Estados Unidos ha impuesto unilateralmente aranceles adicionales a otros países. Primero apuntó a China, Canadá y México, alegando que estos países no han hecho suficientes esfuerzos para combatir el tráfico de fentanilo. Apenas unos días después, Estados Unidos anunció la imposición de un arancel adicional del 25% sobre el acero y el aluminio, esta vez “sin excepciones ni exenciones”.

China dice “No”. Nos oponemos firmemente a las medidas unilaterales tomadas por Estados Unidos, y las tácticas de intimidación nunca funcionarán contra China. La presión, las amenazas o la coerción no son la forma correcta de tratar con China, y aplicar una presión máxima es la peor opción: errónea y mal calculada. Como enfatizó el Sr. Wang Yi, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China y Ministro de Relaciones Exteriores, durante una conferencia de prensa en las sesiones anuales de la Asamblea Popular Nacional: “Elegir la cooperación trae beneficios mutuos, mientras que aplicar presión arbitrariamente provocará fuertes reacciones por parte de China”. Naturalmente, China tiene pleno derecho a tomar las medidas necesarias para proteger con firmeza sus intereses legítimos y está preparada para luchar hasta el final.

China no está sola en su respuesta a estas políticas. El entusiasmo de Washington por los aranceles excesivos ha provocado reacciones en varios otros países. Canadá, el principal proveedor de acero y aluminio de Estados Unidos, declaró que “no se quedará de brazos cruzados” y decidió imponer aranceles a ciertos productos estadounidenses en respuesta a los aranceles “injustos e irrazonables” de Washington. México también anunció medidas de represalia, tanto arancelarias como no arancelarias, en respuesta a la decisión estadounidense. Mientras tanto, la Unión Europea expresó su “profundo pesar” por esta medida de Estados Unidos, advirtiendo que podría “perturbar el comercio global”. La Comisión Europea anunció que impondría aranceles “fuertes pero proporcionados” a partir del 1 de abril.

Todo el mundo sabe que la presión comercial unilateral no resolverá el problema del fentanilo en Estados Unidos. La adicción al fentanilo es un problema interno que Estados Unidos debe abordar y resolver por sí mismo. Sin embargo, China respondió a la solicitud de Estados Unidos clasificando los análogos del fentanilo como drogas prohibidas en 2019. China aplica una de las políticas antidrogas más estrictas del mundo y ha brindado asistencia a Estados Unidos de diversas formas por razones humanitarias. Si Washington realmente quiere abordar la crisis del fentanilo, debe adherirse a los principios de igualdad, respeto mutuo y beneficio mutuo, y entablar consultas con China para abordar las preocupaciones compartidas.

También es ampliamente reconocido que la presión comercial unilateral no beneficia a nadie. La economía global es como un océano: ningún país puede aislarse de él, y nadie saldrá victorioso de una guerra comercial o arancelaria. Medidas discriminatorias como estas socavan la competencia justa en el mercado y alteran la dinámica de la cooperación multilateral. La imposición de aranceles elevados aumentará drásticamente el costo de los bienes importados, afectando negativamente a numerosos sectores que dependen del comercio transfronterizo, desde los fabricantes de automóviles hasta los productores de paneles solares, obligando a muchas empresas a reducir empleos o buscar mercados libres de aranceles. Aún peor, la flagrante violación de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por parte de Estados Unidos llevará a otros países a cuestionar la equidad y eficacia de esta organización, acelerando la fragmentación del sistema comercial global.

Además, está claro que la presión comercial unilateral es una estrategia autodestructiva. Incluso los consumidores y las empresas estadounidenses han expresado su preocupación. Según la Federación Nacional de Minoristas de Estados Unidos, la imposición de aranceles a los productos canadienses y mexicanos “obligará a los estadounidenses a pagar precios más altos por sus necesidades básicas”. El Consejo Empresarial Estados Unidos-China, que representa a 270 empresas estadounidenses, señaló que estos aranceles “afectarán negativamente la competitividad global de Estados Unidos”. El Banco de la Reserva Federal de Atlanta ha pronosticado una fuerte desaceleración del crecimiento económico de Estados Unidos e incluso ha advertido sobre la posibilidad de una severa contracción económica en el primer trimestre del año. Todos los indicadores sugieren que cuanto más insista Washington en imponer aranceles, menos atractivo será su mercado como socio comercial, lo que llevará al resto del mundo a buscar oportunidades comerciales alternativas en otros lugares.

En un mundo lleno de desafíos sin precedentes y con una creciente incertidumbre, China está trabajando para promover la estabilidad global proporcionando un elemento de certeza. La economía china, caracterizada por su resiliencia y sostenibilidad, ha contribuido con aproximadamente el 30% del crecimiento global. Ninguna presión extrema, amenaza o chantaje podrá sacudir la determinación de 1.400 millones de chinos ni frenar el progreso histórico de la nación china hacia su gran rejuvenecimiento.

Para el pueblo chino, la amistad debe ser duradera y los intereses deben ser compartidos. La historia demostrará que aquellos que consideran los intereses de todos son los verdaderos ganadores. Construir una comunidad global con un futuro compartido es el camino para crear un mundo justo y equilibrado para todas las naciones y abrir nuevas oportunidades para todos. China busca establecer asociaciones con todos los países para fomentar la cooperación mutua, lograr el éxito compartido y promover la coexistencia pacífica.

La forma en que China y Estados Unidos gestionen su relación afectará el bienestar de ambos pueblos y el futuro del mundo entero. Como dos grandes potencias con condiciones nacionales diferentes, es natural que existan diferencias entre ellas. Sin embargo, la desvinculación o la ruptura de las cadenas de suministro no es la solución correcta. La clave está en que Estados Unidos cumpla sus compromisos y avance en la misma dirección que China para implementar los acuerdos alcanzados entre ambas partes. Mientras China continúa ampliando su apertura al mundo, está lista para trabajar con Estados Unidos para mantener el diálogo, gestionar diferencias, construir confianza mutua, disipar dudas y ampliar la cooperación, contribuyendo así a un mundo multipolar equilibrado y ordenado y a una globalización económica más inclusiva y beneficiosa para todos.

*Embajador de la República Popular China en Marruecos

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