Nasser Bourita en París: Una visita en un momento estratégico con mensajes claros
Nasser Bourita en París: Una visita en un momento estratégico con mensajes claros

Aldar / Análisis
En un contexto de rápidas transformaciones diplomáticas que reflejan la nueva dinámica liderada por el Reino de Marruecos en torno a la cuestión del Sáhara, el ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, llegó a la capital francesa, París, en una visita cargada de significado tanto por su momento como por su contenido político.
La escena internacional muestra un creciente apoyo a la soberanía marroquí sobre sus provincias del sur, gracias a la visión estratégica de Su Majestad el Rey Mohammed VI. Esta orientación real ha permitido avances concretos en el expediente del Sáhara marroquí, especialmente en el ámbito europeo, donde un número creciente de países respalda la iniciativa marroquí de autonomía como una base seria y creíble para una solución duradera.
Este cambio favorable no es casualidad, sino el resultado de una activa diplomacia impulsada desde Rabat, que ha logrado ampliar su círculo de aliados, incluyendo a países de Europa Central y del Norte, como Hungría y Estonia. Esta dinámica demuestra la capacidad del Reino para convencer a socios de contextos políticos y geográficos diversos.
La visita de Bourita se produce poco después del viaje del ministro de Asuntos Exteriores francés a Argel, el cual fue aprovechado por algunos sectores para sugerir un posible cambio en la postura francesa sobre el Sáhara. Sin embargo, los resultados de la visita del jefe de la diplomacia marroquí desmintieron estas insinuaciones y confirmaron claramente la continuidad del apoyo francés a la soberanía y la integridad territorial de Marruecos.
Cabe recordar, en este contexto, la carta enviada por el presidente Emmanuel Macron a Su Majestad el Rey Mohammed VI con motivo del 25º aniversario de la Fiesta del Trono, en la que afirmó que “el presente y el futuro del Sáhara Occidental se inscriben en el marco de la soberanía marroquí”.
La visita de Bourita coincide también con una sesión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre la cuestión del Sáhara, presidida por el enviado personal del Secretario General, Staffan de Mistura. Este contexto ofrece a Rabat una oportunidad estratégica para reafirmar su liderazgo y consolidar su posición ante los actores internacionales. Más aún teniendo en cuenta que Francia preside este mes el Consejo de Seguridad, lo que da un peso adicional al enfoque diplomático marroquí.
Mientras que el mes de abril solía ser percibido como delicado debido a los plazos de la ONU, Marruecos, gracias a su nuevo enfoque proactivo, lo ha convertido en una etapa de liderazgo diplomático, imponiendo ahora la agenda y marcando el ritmo de los debates, en lugar de limitarse a reaccionar.
Actuando con anticipación, el Reino ha logrado liberarse del ritmo reactivo impuesto por el calendario de la ONU. Ha sabido transformar esta aparente limitación en una palanca de influencia, construyendo una red sólida de aliados y apoyos a su plan de autonomía para el Sáhara.
Este cambio refleja la madurez política y diplomática de Marruecos, que ya no aborda la cuestión del Sáhara desde una postura defensiva, sino como un actor principal y proactivo en la orientación de las evoluciones regionales e internacionales.
En definitiva, la visita de Nasser Bourita a París no es un acto diplomático ordinario, sino parte de una estrategia global dirigida por el Rey Mohammed VI. Su objetivo es reforzar el reconocimiento internacional de la soberanía marroquí sobre el Sáhara y consolidar la posición del Reino como una potencia diplomática influyente y proactiva en su entorno regional e internacional.