El Embajador de China en Marruecos escribe: Una sola China – La justicia que defendemos juntos

Por S.E. Sr. Li Changlin, Embajador de la República Popular China en el Reino de Marruecos
Recientemente, un vídeo se ha difundido rápidamente en las redes sociales chinas y ha sido muy apreciado por numerosos internautas. El vídeo muestra una escena de una sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1960, en la que Su Majestad el Rey Hassan II, que en paz descanse, hizo un llamamiento a las Naciones Unidas para admitir a la República Popular China. Subrayó que las Naciones Unidas deben ser el hogar de todos y pidió la participación de la República Popular China junto a los demás Estados. Los internautas chinos interpretaron estas palabras de Su Majestad el Rey Hassan II como una voz de justicia que refleja la visión estratégica y la clarividencia del liderazgo marroquí, así como del Reino de Marruecos en su conjunto.
Once años después, el 25 de octubre de 1971, gracias a los esfuerzos y al apoyo activo de Marruecos y de otros países amigos, la 26ª Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó por una abrumadora mayoría la Resolución 2758. Dicha resolución establece claramente que el Gobierno de la República Popular China es el único gobierno legítimo que representa a toda China, incluida Taiwán, en el seno de las Naciones Unidas. Afirma que Taiwán no es un país, sino parte integrante del territorio chino, y aclara su condición como entidad no soberana. Esta resolución resolvió política, jurídica y procesalmente la cuestión de la representación de toda China, incluida Taiwán, en las Naciones Unidas, y dejó claro que China ocupa un único asiento en la organización, sin cabida para nociones como “dos Chinas” o “una China y un Taiwán”.
Desde la adopción de esta resolución, las Naciones Unidas y sus agencias especializadas han mantenido el principio de una sola China respecto a la cuestión de Taiwán. Los documentos oficiales de la ONU se refieren a Taiwán como “provincia china de Taiwán”. Este principio se ha convertido en una norma fundamental que rige las relaciones internacionales y goza de un amplio consenso dentro de la comunidad internacional. Hasta marzo de 2025, sobre la base de este principio, China ha establecido relaciones diplomáticas con 183 países. Esto demuestra que el principio de una sola China refleja la justicia internacional, cuenta con un amplio apoyo mundial y representa una tendencia irreversible. China mantiene firmemente este principio, no solo para preservar su soberanía nacional y su integridad territorial, sino también para contribuir sinceramente a la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.
China se opone firmemente a cualquier tergiversación malintencionada de esta resolución. Cualquier afirmación falsa que diga que “la resolución no tiene relación con Taiwán”, o el uso del “derecho de representación” como pretexto, constituye una distorsión de los hechos, una violación del derecho internacional y un desafío flagrante al orden y las normas internacionales. Ninguna acción errónea que vaya en contra del curso de la historia y de la tendencia mundial podrá cambiar el hecho de que solo existe una China en el mundo y que Taiwán forma parte de ella, ni podrá debilitar el compromiso de la comunidad internacional con el principio de una sola China.
En noviembre de 2024, durante su encuentro con Su Alteza Real el Príncipe Heredero Moulay El Hassan en Casablanca, el Presidente Xi Jinping subrayó que China apoya a Marruecos en sus esfuerzos por salvaguardar firmemente su seguridad y estabilidad nacionales. Expresó la disposición de China a continuar, junto a Marruecos, brindando apoyo mutuo en las cuestiones que afectan a los intereses vitales de ambas partes. En el futuro, China desea profundizar aún más la confianza política mutua con Marruecos y seguirá apoyando al Reino en la búsqueda de un camino de desarrollo adaptado a sus condiciones nacionales. Asimismo, está dispuesta a mantenerse al lado de Marruecos en los asuntos internacionales, de acuerdo con la orientación trazada por los líderes de ambos países, para construir juntos un orden internacional más justo y equilibrado, basado en el respeto mutuo y en la oposición a la hegemonía.