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Zhou Zhicheng, Encargado de Negocios a.i. de la Embajada de China en Marruecos, escribe para ALDAR: Conservemos la historia, valoremos la paz y construyamos el futuro juntos

 

Por Zhou Zhicheng, Encargado de Negocios a.i., Embajada de China en Marruecos

— Conmemoración del 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y la Segunda Guerra Mundial Antifascista

Este año marca el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la lucha global antifascista. Recientemente, la Embajada de China en Marruecos organizó la proyección del documental El hundimiento del Lisbon Maru en el Centro Cultural Chino de Rabat. La película narra la verdadera historia de pescadores chinos que, arriesgando sus vidas, rescataron a prisioneros de guerra británicos durante la Segunda Guerra Mundial. Este acto heroico encarna el noble espíritu de la humanidad que trasciende fronteras y diferencias culturales en tiempos de crisis, sirviendo a la causa de la paz. Los amigos marroquíes presentes se mostraron profundamente conmovidos; muchos derramaron lágrimas y afirmaron que recordar la historia es la forma más elevada de honrar la paz, así como la piedra angular para construir el futuro.

Conservar la historia: la contribución crucial de China a la victoria en la guerra antifascista
La Segunda Guerra Mundial fue una de las mayores tragedias humanas. Como principal escenario de operaciones en Oriente, China comenzó su resistencia contra la agresión japonesa antes, luchó durante más tiempo y sufrió mayores pérdidas humanas que cualquier otra región. A través de 14 años de lucha amarga y más de 35 millones de víctimas civiles y militares, el pueblo chino no solo aseguró su supervivencia y salvación nacional, sino que también brindó un apoyo considerable a las fuerzas aliadas en Europa y el Pacífico, aportando un legado duradero a la victoria final en la guerra antifascista y escribiendo una gloriosa epopeya de lucha por la libertad, la revitalización nacional y la justicia global.

Valorar la paz: China como fuerza firme por la paz mundial
El presidente Xi Jinping ha afirmado que “la lección más valiosa de la victoria de China en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa y en la guerra mundial antifascista es continuar sin vacilar por el camino del desarrollo pacífico”. China sigue siendo el único país importante que consagra este principio tanto en su constitución como en la carta de su partido gobernante, convirtiendo el desarrollo pacífico en un compromiso nacional genuino.

El presidente Xi ha enfatizado repetidamente que China, independientemente de su nivel de desarrollo, nunca buscará hegemonía, expansión, esferas de influencia ni participará en una carrera armamentista. Frente a los cambios globales sin precedentes del último siglo, China ha propuesto la visión de construir un futuro compartido para la humanidad, junto con iniciativas de desarrollo global, seguridad mundial y civilización mundial, con el objetivo de aportar energía positiva a un mundo convulso. En los últimos años, China ha intensificado los esfuerzos de mediación para resolver crisis en Oriente Medio, África y otras regiones, contribuyendo eficazmente a la paz y estabilidad regional e internacional.

Construir el futuro juntos: defender los logros de la victoria en la Segunda Guerra Mundial
China fue el primer país en firmar la Carta de las Naciones Unidas y, como miembro fundador y permanente del Consejo de Seguridad, considera la creación de la ONU como uno de los logros más importantes de la Segunda Guerra Mundial. Los objetivos y principios de la Carta siguen siendo fundamentales para la gobernanza global y deben ser la piedra angular de un mundo multipolar equilibrado.

Hoy, ante el aumento de crisis y desorden, algunos países todavía recurren a la ley de la selva. Para salvaguardar los logros de la victoria sobre el fascismo y el orden internacional posterior a la guerra, es imperativo mantener firmemente el sistema internacional basado en la ONU, el orden global basado en reglas y las normas fundamentales de las relaciones internacionales derivadas de los propósitos y principios de la Carta de la ONU.

El regreso de Taiwán a China fue un resultado directo de la victoria en la Segunda Guerra Mundial y forma parte integral del orden posterior a la guerra. Instrumentos legales internacionales, como la Declaración de El Cairo y la Declaración de Potsdam, afirman explícitamente la soberanía de China sobre Taiwán. Este hecho, arraigado en la historia y la ley, es indiscutible. El pueblo chino, que no causa problemas a los demás, no dudará en enfrentar dificultades, y ninguna presión, amenaza o intento de coacción impedirá la reunificación completa del país ni el avance de China hacia la revitalización nacional.

Los pueblos de China y Marruecos comparten un profundo apego a la paz. Hoy, mientras el mundo atraviesa nuevamente un punto de inflexión crítico, China desea cooperar con Marruecos para aprender de la historia y construir un futuro compartido de colaboración. Juntos, aspiramos a ser constructores de la paz mundial, defensores del sistema internacional y promotores de la justicia y la equidad, creando un mundo pacífico, seguro para todos, próspero, abierto, inclusivo, limpio y armonioso.

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