Noticias ALDAR

El partido Justicia y Desarrollo de Marruecos enfrenta una crisis existencial que amenaza su futuro político

El partido Justicia y Desarrollo de Marruecos enfrenta una crisis existencial que amenaza su futuro político

ALDAR/Análisis

El Partido Justicia y Desarrollo (PJD), una de las formaciones islamistas más destacadas de Marruecos, atraviesa una de las peores crisis desde su fundación. Esto ocurre tras su dura derrota en las últimas elecciones legislativas, donde su representación parlamentaria cayó de manera drástica: pasó de obtener cerca del 32% de los votos a apenas superar el 4%, perdiendo así aproximadamente el 90% de sus escaños.

Según diversas fuentes, el partido sufre una hemorragia interna significativa, ya que cerca de la mitad de sus miembros han abandonado sus filas —alrededor de 20.000 de un total de 40.000 afiliados—. Además, la mayoría de los militantes restantes se niega a pagar las cuotas impuestas, lo que ha generado una aguda crisis financiera que compromete la capacidad del partido para organizar su próximo congreso.

En un intento por paliar esta situación económica, el PJD solicitó una ayuda estatal de 1,3 millones de dirhams, al tiempo que pidió a sus cuadros superiores —aquellos que ganan más de 10.000 dirhams mensuales— una contribución de 1.000 dirhams. Esta medida generó polémica, sobre todo porque coincide con un discurso político marcado por la contradicción y la demagogia.

El líder del partido, Abdelilah Benkirane, intenta preservar la influencia política que aún le queda al PJD intensificando un discurso populista basado en la instrumentalización de la causa palestina, en un esfuerzo por recuperar su popularidad perdida. Esta táctica, común entre los islamistas en tiempos de crisis, busca encubrir los reveses organizativos con una retórica emocional dirigida a la opinión pública.

La situación se complica aún más por la actitud del partido hacia la política exterior de Marruecos, especialmente en relación con la normalización de relaciones con Israel. A pesar de haber estado al frente del gobierno que firmó en 2020 el acuerdo trilateral con Estados Unidos e Israel —el cual incluía el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara por parte de Washington—, el PJD ha adoptado recientemente una postura crítica que llama al fin de esta normalización.

Las últimas declaraciones de sus dirigentes, que se alinean con la postura de Argelia y el Frente Polisario, contrastan de forma notoria con las decisiones tomadas cuando estaban en el poder. Esto evidencia el grado de confusión y desorientación política y organizativa por el que atraviesa el partido.

En definitiva, el Partido Justicia y Desarrollo se encuentra en una encrucijada crítica, con una crisis interna profunda y una base popular menguante, mientras sus líderes intentan capitalizar temas sensibles en la arena internacional para recuperar protagonismo, incluso a costa de los intereses estratégicos de Marruecos.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba