Una posición histórica del Reino Unido refuerza la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara y asesta un duro golpe a los enemigos de su integridad territorial
Una posición histórica del Reino Unido refuerza la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara y asesta un duro golpe a los enemigos de su integridad territorial

Aldar / Análisis
El Reino Unido ha provocado una verdadera conmoción diplomática entre los adversarios de la integridad territorial de Marruecos al anunciar explícitamente su apoyo a la iniciativa de autonomía propuesta por el Reino para resolver el conflicto regional en torno al Sáhara marroquí.
Esta postura, expresada en una declaración oficial conjunta publicada desde la capital, Rabat, reconfigura el panorama internacional y confirma el creciente reconocimiento mundial de la legitimidad de la propuesta marroquí.
La declaración británica emplea un lenguaje claro y contundente, afirmando que “la iniciativa de autonomía presentada por Marruecos desde 2007 constituye una base seria, realista y creíble para alcanzar una solución definitiva a este conflicto regional”.
Además, el Reino Unido expresó su compromiso de respaldar esta propuesta en todos los foros internacionales, lo que representa un sólido apoyo a la posición marroquí, especialmente teniendo en cuenta que Londres es miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Este giro cualitativo en la postura británica refuerza la dinámica liderada por Su Majestad el Rey Mohammed VI, centrada en consolidar la soberanía de Marruecos sobre la totalidad de su territorio nacional, al tiempo que impulsa asociaciones internacionales que invierten en las provincias del sur como espacios prometedores de desarrollo y estabilidad. Según el comunicado, el Reino Unido también manifestó su disposición a participar en grandes proyectos económicos y de inversión en estas regiones, abriendo nuevas perspectivas de cooperación económica entre Rabat y Londres.
Lo más destacado de este desarrollo es que el Reino Unido no se limitó a brindar un apoyo político discreto, sino que adoptó una postura pública y políticamente vinculante. Esto refuerza la posición de Marruecos dentro del Consejo de Seguridad y en diversas instituciones internacionales, y representa un golpe contundente a la propaganda difundida por el Frente Polisario separatista y sus aliados.
Esta firme declaración británica, que puede considerarse una evolución estratégica en la postura de las grandes potencias respecto al expediente del Sáhara, refleja una creciente conciencia internacional sobre la irrealidad de las tesis separatistas y una preferencia por soluciones racionales y pragmáticas que garanticen la estabilidad en la región.
Para los enemigos de la unidad territorial marroquí, estas posturas internacionales en ascenso representan una fuerte bofetada y una confirmación de que el mundo ya no acepta las maniobras del pasado ni los eslóganes vacíos. La comunidad internacional apuesta ahora por el realismo político, el desarrollo económico y el respeto a la soberanía nacional.
Hoy, la voz de Marruecos ya no se escucha en solitario; sus posiciones encuentran eco entre sus aliados y socios internacionales. Con la incorporación del Reino Unido al grupo de grandes potencias que respaldan la propuesta de autonomía, se refuerza la legitimidad del planteamiento marroquí y se perfilan con mayor claridad los contornos de una solución definitiva a este prolongado conflicto.
Se trata de un momento decisivo en la historia de este expediente y una clara señal de que la batalla diplomática liderada por Marruecos bajo el liderazgo de Su Majestad el Rey Mohammed VI está dando sus frutos. Más aún, las arenas del Sáhara marroquí, que algunos intentaron instrumentalizar políticamente, se han convertido hoy en símbolo de unidad nacional y de un proyecto de desarrollo compartido por todas las regiones del Reino, del norte al sur.