POLÍTICANoticias ALDAR

Argelia y la normalización silenciosa… Cuando los comunicados dicen lo que los eslóganes callan: Tebboune reconoce implícitamente a Israel

Por ALDAR / Iman Alaoui

Es una forma diferente de normalización la que se está instalando discretamente, bajo el manto de la diplomacia y de formulaciones ambiguas. Una normalización que no requiere embajadas ni banderas izadas, sino que basta con deslizarla en un párrafo de un comunicado político conjunto para constituir un reconocimiento implícito de un “Estado”, a expensas de una tragedia persistente.

En el comunicado final publicado tras el encuentro entre Abdelmadjid Tebboune y la presidenta del Consejo de Ministros de Italia en Roma, se hizo un llamado a favor de la “solución de dos Estados” y de la “garantía de seguridad humanitaria en Gaza”. En él figura una frase explícita que implica un reconocimiento implícito de Israel, a pesar de los eslóganes oficiales del régimen argelino que afirman su alineamiento con la causa palestina y sus derechos legítimos.

El propio Tebboune, quien días antes había afirmado: “Con Palestina, tenga razón o no”, firmó en Roma en favor de la solución de dos Estados. Se dirige así a la verdad escondiéndose tras una cortina…

El lenguaje diplomático utilizado en los comunicados internacionales suele estar cuidadosamente calibrado, y no pasa desapercibido para los observadores políticos. Términos como “solución de dos Estados”, “seguridad sostenible” o “alto el fuego permanente” parecen humanitarios en la superficie, pero encierran una legitimación de la idea de repartir la tierra con el ocupante, y de suspender el conflicto en lugar de resolverlo de raíz.

En este caso, la “normalización” ya no necesita pasar necesariamente por Tel Aviv. Basta con que sea bendecida a distancia, en capitales extranjeras, mediante expresiones indirectas que promuevan una solución favorable a la parte más poderosa, en detrimento de la víctima histórica.

Lo que llama la atención en este comunicado argelino-italiano es la firma de Argelia—un país que siempre ha mostrado un apoyo inquebrantable a Palestina y un rechazo categórico a cualquier normalización con Israel. Esta contradicción entre el discurso oficial y la actitud concreta no puede pasar desapercibida, y abre la puerta a interrogantes legítimas sobre los límites de las posiciones llamadas “constantes” cuando entran en la sala de negociaciones.

La normalización ya no necesita mostrarse abiertamente. Se desliza en documentos y comunicados validados por un consenso político formal, ocultando una complicidad diplomática evidente—como ocurrió en el encuentro entre Tebboune y la jefa del gobierno italiano en Roma.

Entre los eslóganes encendidos y los comunicados bien redactados, una verdad se susurra sin ser dicha claramente: la cuestión palestina está siendo redefinida en salas cerradas, por plumas que hablan de una “paz” que nunca llega, y de “soluciones” que ignoran las raíces profundas de la injusticia. Y la normalización, sea cual sea su forma, sigue siendo normalización… ya sea proclamada o escrita tras un telón.

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba