Inteligencia exterior marroquí… un escudo proactivo en el corazón del Sahel africano
Inteligencia exterior marroquí… un escudo proactivo en el corazón del Sahel africano

Por ALDAR / Meryem Hafiani
En una de las operaciones de inteligencia más destacadas de los últimos años, la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), el brazo exterior de los servicios secretos marroquíes, logró liberar a cuatro ciudadanos marroquíes que habían sido secuestrados por una organización terrorista en la región del Sahel, en estrecha coordinación con la Agencia Nacional de Seguridad de la República de Malí.
Esta operación es solo un eslabón más en una cadena de éxitos que confirman que la inteligencia marroquí no es solo una fuerza dentro de las fronteras del Reino, sino que se ha convertido en un actor regional confiable en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo.
La región del Sahel es hoy uno de los focos más peligrosos de tensión y seguridad en África, donde operan grupos extremistas transfronterizos que se alimentan de la fragilidad de los gobiernos locales, la proliferación de armas y la falta de desarrollo. Marruecos eligió hace años involucrarse activamente en apoyar a los países de la región en materia de inteligencia y seguridad, consciente de que la estabilidad en el interior de África es parte inseparable de su propia seguridad nacional.
La cooperación con Malí es un ejemplo de esta orientación: Rabat ha reforzado su asociación con Bamako mediante apoyo técnico y de inteligencia, así como el intercambio de experiencias en la lucha contra los grupos armados. La operación de liberación de los rehenes marroquíes fue la materialización práctica de esta estrecha coordinación, tras un seguimiento riguroso de los movimientos del grupo llamado “Al-Kababiyah”, vinculado a lo que se conoce como ISIS en la región.
Durante más de una década, la DGED ha adoptado una estrategia basada en la acción proactiva y discreta, lejos de los focos, pero con resultados tangibles. Ha contribuido al desmantelamiento de células terroristas y proporcionado información crucial a socios internacionales, tanto en África como en Europa, sin olvidar su papel creciente en asuntos relacionados con la migración irregular y el crimen organizado transnacional.
Lo notable es que estas operaciones no solo protegen los intereses marroquíes, sino que también salvaguardan a ciudadanos de múltiples nacionalidades, reflejando la credibilidad de Marruecos como un aliado fiable en la guerra mundial contra el terrorismo.
Aunque la inteligencia actúa en la sombra, su impacto en la seguridad regional e internacional es innegable. Cuanto más se intensifican las amenazas, más se destaca el nombre de Marruecos como un actor central, con recursos humanos y tecnológicos capaces de afrontar las complejidades de la seguridad contemporánea.
La operación para liberar a los cuatro rehenes en el corazón del Sahel pone de manifiesto la profundidad de la infiltración de la inteligencia marroquí en un entorno complejo y peligroso, así como su capacidad para construir redes informativas y operativas efectivas incluso en zonas remotas donde las grandes potencias no llegan.
Esta operación envía un mensaje claro: bajo la dirección de la DGED, la inteligencia marroquí no se limita a reaccionar, sino que toma la iniciativa y anticipa el peligro dondequiera que esté. En una región como el Sahel, donde convergen intereses criminales y agendas terroristas, la coordinación marroquí con los países de la región sigue siendo una garantía indispensable frente a las crecientes amenazas.